Aquí
tenéis una imagen de un baño en la estación de tren que hay cerca
de mi oficina. ¿Os dais cuenta de lo lejos que están los pasamanos
de la izquierda del inodoro? ¿Os dais cuenta de lo alto que está el
pasamanos de la derecha? Bueno, quizá no sepáis esto, pero no creo
que este baño esté preparado para un parapléjico. Sentarse en la
taza sería fácil, pero los pasamanos están tan lejos que no creo
que fuera capaz de levantarme y volver a ponerme los pantalones.
Aunque no sea una imagen bonita, apuesto a que nunca habéis pensado
cómo alguien como yo puede quitarse los pantalones y volver a
ponérselos si no puede levantarse. De todas formas, ése es un tema
para otra entrada aparte.
Ahora,
antes de que mis lectores habituales se pregunten por qué he pasado
de hablar de una cura a hablar de inodoros, os diré por qué.
Mientras
estaba en el hospital juré que acabaría con problemas como éste.
Mis amigos solían decir en broma que me presentaría cada día en la
oficina del distrito local con fotos de carreteras rotas o rampas que
no son adecuadas para sillas de ruedas amenazando con retener mis
impuestos para zonas inaccesibles.
¿Y
sabéis lo que hice con respecto a este inodoro y su escasa
accesibilidad? Nada.
Ahora
pensaréis que me he desanimado, ¿verdad?
Bien,
pues no. Simplemente he decidido utilizar mi lucha para algo más
importante: una cura para las lesiones de médula espinal.
Antes
de dejar el hospital ya había empezado esta entrada y, poco a poco,
conocí a otros activistas y decidí que mi energía debía emplearse
en la cura.
Así
pues, ¿es que no son importantes los baños y las carreteras? Claro
que lo son, pero hay muchas otras organizaciones y otros grupos
luchando por esto; mi trabajo es luchar por una cura.
Y
os preguntaréis: ¿por qué no luchar por las dos cosas?
Pues
porque cada vez que veo a organizaciones que intentan mejorar la
calidad de vida Y conseguir una cura, sin darse cuenta terminan
dedicándose principalmente o solamente a la calidad de vida. Y si
no, mirad a la Rick Hansen Foundation.
Es
fácil caer en la “trampa de la calidad de vida”, como yo la
llamo.
¿Por
qué? Porque los resultados son inmediatos. Parece como si
consiguieras algo en seguida. Inmediatamente recibes elogios por tu
duro trabajo y de inmediato mejoras la calidad de vida de
muchas
personas.
No
digo que mejorar la calidad de vida no sea importante, solo digo que
cuando intentas hacer las dos cosas, la cura se queda por el camino.
Es
solo mi opinión, pero es la razón por la que he dejado el tema del
inodoro. Sé que después de conseguir que arreglen un baño empezaré
a ir por ahí haciendo fotos de hormigón y asfalto roto. ¿Y dónde
dejaré mi trabajo sobre la cura? Por el camino, con todas las
organizaciones que intentan hacer las dos cosas.
Translator - Irene Corchado Resmella
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