sábado, 18 de noviembre de 2017

Dinero privado frente a dinero público en la carrera por curar la parálisis


Aquí está mi segundo artículo tras mi regreso y hoy seguramente cree algo de polémica.

¿Habéis tenido oportunidad de leer el último artículo y el artículo relacionado «Chupitos de tequila para investigar la cirrosis»?
  • Antes de empezar a crear polémica, me gustaría escribir un descargo de responsabilidad:  Agradezco todos los fondos privados que se han invertido en la cura de la parálisis.
  • Agradezco todo el esfuerzo realizado por personas individuales corriendo, rodando en silla de ruedas y pedaleando en bici para recaudar dinero para curar la parálisis.
  • Os lo agradezco, porque ahora recaudar dinero privado es una de las formas que podemos utilizar para curar la parálisis.

Sin embargo, pregunto ¿es la caridad privada la mejor forma de financiar la investigación médica?

Enlazo con frecuencia a «Chupitos de tequila para investigar la cirrosis». En pocas palabras, es la historia de Rick Hansen y su objetivo de recorrer el mundo en silla de ruedas para recaudar dinero para investigar las lesiones de médula espinal. Fue justo después de lo de Terry Fox y desde muy joven ha sido lo que me ha concienciado sobre hacer algo fuera de lo normal para recaudar fondos de personas individuales para la investigación médica.
En mi opinión es, y creo que la entrevista de la CBC (en inglés) en «Chupitos de tequila para investigar la cirrosis» toca el tema, que la ciencia se ha privatizado.

No sé si puedo añadir algo más a los comentarios hechos en la entrevista de 1987 (consultad la barra lateral) sobre las acciones de Hansen para recaudar fondos y el posterior debate sobre dinero privado frente a dinero público.

Agradezco enormemente el esfuerzo de Terry Fox y Rick Hansen, pero coincido con Peter Kavanagh (productor de la CBC y sobreviviente al polio) en que «esta no es la forma de tratar problemas esenciales sociales. No puedes solucionarlos con artimañas».

Hoy no me quiero extender demasiado, así que os dejo algunos puntos sobre los que reflexionar para la semana que viene y algunos artículos muy interesantes (en inglés) que muestran lo bueno y lo malo de la filantropía privada en la investigación médica.

  • En EE. UU., las donaciones privadas a instituciones caritativas registradas conllevan una deducción fiscal del 28 %. Si pensamos en multimillonarios que donan millones de dólares, ¿es por el bien de la sociedad que los megaricos decidan qué es lo que se financia? ¿Tiene más sentido recaudar esos fondos a través de impuestos más altos a esos donantes, que posteriormente sean desembolsados por el gobierno, responsable ante la gente?
  • ¿Qué ocurre cuando las organizaciones y las comunidades a las que apoyan no están de acuerdo? Dichas organizaciones, aunque se financien con fondos privados, a veces también reciben fondos del gobierno, exenciones fiscales y otros incentivos estatales. ¿Tienen voz las comunidades a las que ayudan?
  • Una pregunta desde el punto de vista opuesto: ¿es el gobierno demasiado burocrático como para ser dinámico y estar dispuesto a arriesgar lo suficiente en investigación médica para ser efectivo en un mundo de rápido desarrollo científico y tecnológico?

Podéis enviarme un email o dejar comentarios en la sección de abajo.
Translator: Irene Corchado Resmella

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