martes, 19 de abril de 2011

No nos lamentemos. ¡Organicémonos!

From 09 August 2010 StemCells&AtomBombs: Don't mourn. Organize!


Hoy es 9 de agosto de 2010. Hoy hace sesenta y cinco años que en Nagasaki, Japón, a sólo 560 kilómetros de donde yo estoy, en Osaka, fue utilizada la última bomba atómica en una guerra.

Como este blog trata sobre CélulasMadreYBombasAtómicas, quise escribir algo significativo para señalar este aniversario, pero no supe qué decir. ¿Debería condenar el bombardeo? Pero para qué serviría una condena después de 65 años. ¿Debería escribir sobre el horror? Pero creo que no podría decir nada más que lo que ya dicen las fotos que todos habéis visto del gigantesco hongo, que desintegró la vida humana, o que las propias voces de los supervivientes, que vosotros mismos podéis escuchar.

Buscando qué escribir, llegué a esta cita de la Madre Teresa, “Una vez me preguntaron por qué no participo en manifestaciones anti-guerras. Dije que nunca lo haré, pero en cuanto se haga una concentración pro-paz, allí estaré.”

Realmente no importa si estáis de acuerdo o en desacuerdo con la Madre Teresa o la labor que llevó a cabo. Esta cita, me hizo comprender mis propios planteamientos, el por qué nunca he querido formar parte de ningún movimiento ANTI nada, y el por qué suelo echarme atrás al ver manifestaciones ANTI. No me interpretéis mal, soy sindicalista, así que he asistido a unas cuantas manifestaciones, huelgas, y piquetes, pero esas acciones eran A FAVOR de algo: sueldos, vacaciones, seguros, derechos sindicales.

Por eso hoy, me gustaría dar las gracias al movimiento de desarme nuclear Japonés e internacional, que nos asegura que Nagasaki haya sido la última vez que se usó una bomba nuclear. Estos grupos nos han mantenido a salvo, movilizándose activamente por la prohibición de las armas nucleares. Supongo que, para subrayar el hecho de que los grupos por la paz tienen un impacto en la política mundial, inconscientemente, escojo escribir sobre la última vez que se usó una bomba atómica, en vez de escribir sobre la primera vez, en Hiroshima, el 6 de agosto.

Podéis ver aquí la Declaración de Paz de Nagasaki. Fijaos en que no es la Declaración Anti-Guerra de Nagasaki.

Visitar países de todo el mundo. Presionar a los políticos. Hacer declaraciones públicas. Educar al pueblo. Hablar con las Naciones Unidas, pero aún más importante, hablar a la gente como tú y como yo. Todas estas cosas han mantenido viva la campaña por un mundo sin armas nucleares. No han dicho simplemente ‘La guerra es mala’, tampoco han dicho simplemente ‘La paz es buena’. ¿Quién podría discrepar? Promueven activamente la paz y nos piden desempeñar un papel en la lucha POR la paz, y gracias a esto, han evitado que ocurran más Hiroshimas y Nagasakis.

Estos grupos por la paz movilizan a la gente, porque: uno - la mayoría de la gente de a pie se opone visceralmente a la destrucción y al crimen, sin importar el responsable, dos - pueden reflejarse en las historias de las víctimas, y tres - los grupos por la paz dan a la gente una oportunidad de participar; firmando una petición, participando en actividades, escuchando a aquellos que han experimentado la bomba. Pero lo más importante es que estos grupos presentan una alternativa viable a la de volar el mundo con armas atómicas. En consecuencia, la gente les escucha, y los políticos escuchan a la gente. Esto es hacer campaña activa.

En resumen, los grupos por el desarme y la paz han hecho algo muy importante; utilizando las terribles lecciones de Hiroshima y Nagasaki, han conseguido que, mediante su participación, la gente se comprometa en prevenir que eso vuelva a ocurrir. Esa es la idea básica que se encuentra tras ‘No nos lamentemos. ¡Organicémonos!’.

Mi motivo personal para ‘No nos lamentemos. ¡Organicémonos!’ es simple. Cuando enfermé y perdí el uso de mis piernas, tenía dos opciones. Una, caer en una gran depresión, o dos, acostumbrarme a vivir en una silla. Me dijeron que era preferible la segunda, porque, si no aceptaba la segunda opción, la primera me llegaría de forma natural. Decidí tomar otra opción, y esa opción es hacer campaña por una cura. No sólo porque yo quiera una. Cuando descubrí que la ciencia está ahí, pero no está recibiendo los recursos necesarios, decidí que no quería acostumbrarme a la silla, que quería andar, y era un absurdo no intentar que yo y otros millones de personas podamos andar.

En las próximas semanas, espero daros más información sobre lo que están haciendo diferentes grupos a favor de la investigación con células madre, para garantizar que no se desperdicie dinero, ciencia ni potencial humano. Espero que no sólo observéis, sino que participéis activamente en la lucha por curar enfermedades.
Translator: Pierre-joseph López Ardisana

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