From 15 October 2010 StemCells&AtomBoms: Cigarettes, StemCells&AtomBombs
¿Una pobre planificación? ¿Falta de coordinación? ¿Error gubernamental? ¿Un error del sector privado?
El Yomiuri Newspaper informó recientemente de que el suministro en Japón del medicamento Champix se ha agotado.
Champix, de Pfizer Japón, es un medicamento oral para dejar de fumar que bloquea la parte del cerebro que recibe la nicotina, evitando que los fumadores disfruten del sabor de los cigarrillos.
¡El gobierno de Japón tenía una gran oportunidad y la echó a perder!
A día 1 de octubre el precio de los cigarrillos aumentó un desproporcionado 35%. Un aumento enorme que formaba parte de las medidas antitabaco del gobierno. La finalidad de este aumento era hacer que las personas quisieran dejar de fumar. ¿Así que por qué escasean las existencias del mejor medicamento antitabaco del mercado?
El Yomiuri informaba que “la demanda era muy superior a las expectativas de Pfizer”. Un médico de la famosa Universidad Médica de Tokio dijo que "En ningún momento imaginé que el aumento de unos 100 yenes en el precio de los cigarrillos provocaría que la demanda del medicamento creciese repentinamente”.
Bueno, no culpo al médico ni culpo a Pfizer Japón. Me sorprende que les sorprendiese el aumento masivo de la demanda de este medicamento, pero no es su trabajo tener en cuenta la salud general del público japonés. Eso es trabajo del gobierno.
No digo que el gobierno no sea capaz de planificar estas cosas, digo que NO LO HICIERON, y ese es el problema.
Es un problema ideológico. En realidad, es un problema ideológico que interfiere con asuntos prácticos de asistencia sanitaria. Dicha ideología dice que los gobiernos no deberían interferir en los mercados. Según esta ideología-casi-religión, Pfizer debería haberse anticipado al aumento repentino y haber satisfecho la necesidad del mercado de maximizar los beneficios de forma natural. ¿Entonces qué es lo que falló?
Es sencillo. Pfizer no aumentó los suministros por si no había una demanda. Fueron a lo seguro y quizá perdieron algunas ventas, pero lo más importante es que no se arriesgaron a perder dinero aumentando el suministro de algo que quizá nadie quería.
¿Entonces que debería haber sucedido?
El gobierno debería haber:
-planificado un aumento.
-concienciado a las personas sobre esta sencilla manera de dejar de fumar.
-hecho encuestas sobre la voluntad de los fumadores de dejar de fumar.
-y entonces garantizar un suministro adecuado del medicamento para ASEGURAR que cubriese la demanda.
Es fácil entender por qué la gente es cínica y por qué creen que en lugar de ser una medida de sanidad pública es simple y puramente una forma de recaudar impuestos.
Este podría haber sido un plan antitabaco excelente en un país en el que más del 30% de la población masculina fuma, pero en lugar de eso el fabricante del medicamento ha pedido a los hospitales que dejen de prescribirlo a nuevos pacientes porque no podrán obtenerlo hasta el próximo año.
Para entonces, el impacto del aumento habrá pasado y se habrá perdido una oportunidad de oro.
Os daréis cuenta de que los gobiernos nunca se quedan sin uranio para lanzar bombas atómicas. ¡No! Incluso un estado fallido como Corea del Norte puede garantizar este mal.
Supongo que no hace falta hablar sobre por qué todavía no hay una cura para lesiones de médula espinal basada en células madre.
Champix, de Pfizer Japón, es un medicamento oral para dejar de fumar que bloquea la parte del cerebro que recibe la nicotina, evitando que los fumadores disfruten del sabor de los cigarrillos.
¡El gobierno de Japón tenía una gran oportunidad y la echó a perder!
A día 1 de octubre el precio de los cigarrillos aumentó un desproporcionado 35%. Un aumento enorme que formaba parte de las medidas antitabaco del gobierno. La finalidad de este aumento era hacer que las personas quisieran dejar de fumar. ¿Así que por qué escasean las existencias del mejor medicamento antitabaco del mercado?
El Yomiuri informaba que “la demanda era muy superior a las expectativas de Pfizer”. Un médico de la famosa Universidad Médica de Tokio dijo que "En ningún momento imaginé que el aumento de unos 100 yenes en el precio de los cigarrillos provocaría que la demanda del medicamento creciese repentinamente”.
Bueno, no culpo al médico ni culpo a Pfizer Japón. Me sorprende que les sorprendiese el aumento masivo de la demanda de este medicamento, pero no es su trabajo tener en cuenta la salud general del público japonés. Eso es trabajo del gobierno.
No digo que el gobierno no sea capaz de planificar estas cosas, digo que NO LO HICIERON, y ese es el problema.
Es un problema ideológico. En realidad, es un problema ideológico que interfiere con asuntos prácticos de asistencia sanitaria. Dicha ideología dice que los gobiernos no deberían interferir en los mercados. Según esta ideología-casi-religión, Pfizer debería haberse anticipado al aumento repentino y haber satisfecho la necesidad del mercado de maximizar los beneficios de forma natural. ¿Entonces qué es lo que falló?
Es sencillo. Pfizer no aumentó los suministros por si no había una demanda. Fueron a lo seguro y quizá perdieron algunas ventas, pero lo más importante es que no se arriesgaron a perder dinero aumentando el suministro de algo que quizá nadie quería.
¿Entonces que debería haber sucedido?
El gobierno debería haber:
-planificado un aumento.
-concienciado a las personas sobre esta sencilla manera de dejar de fumar.
-hecho encuestas sobre la voluntad de los fumadores de dejar de fumar.
-y entonces garantizar un suministro adecuado del medicamento para ASEGURAR que cubriese la demanda.
Es fácil entender por qué la gente es cínica y por qué creen que en lugar de ser una medida de sanidad pública es simple y puramente una forma de recaudar impuestos.
Este podría haber sido un plan antitabaco excelente en un país en el que más del 30% de la población masculina fuma, pero en lugar de eso el fabricante del medicamento ha pedido a los hospitales que dejen de prescribirlo a nuevos pacientes porque no podrán obtenerlo hasta el próximo año.
Para entonces, el impacto del aumento habrá pasado y se habrá perdido una oportunidad de oro.
Os daréis cuenta de que los gobiernos nunca se quedan sin uranio para lanzar bombas atómicas. ¡No! Incluso un estado fallido como Corea del Norte puede garantizar este mal.
Supongo que no hace falta hablar sobre por qué todavía no hay una cura para lesiones de médula espinal basada en células madre.
Translator - Pedro Solano
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