miércoles, 15 de junio de 2011

De Atomgrad a Stemgrad. Bienvenidos a CтволовыеКлетк&AтомныеБомбы

From 12 December 2010 StemCells&AtomBombs:  From Atomgrad to Stemgrads


La versión rusa está disponible en: www.stvolovyekletkiiatomnyebomby.blogspot.com

En el instituto. Clase de Historia con D. Martin...

Solía decir: «A nadie le gustaría vivir en la Unión Soviética― pronunciaba “souviética”― excepto quizá a Tesolat».

Estábamos estudiando la crisis de los misiles cubanos, o al menos su versión de la crisis de los misiles cubanos, y nos estaba enseñando lo indignante que era que los soviéticos intentasen instalar misiles nucleares en Cuba cuando hice una pregunta.

«Entonces, ¿no es igualmente indignante que EE UU y la OTAN tengan armas nucleares en Europa Occidental apuntando a la URSS?». Bueno, después de esa pregunta, cuando apenas habíamos estudiado algo relacionado con los países comunistas, empecé a escuchar la cantinela.

«A nadie le gustaría vivir en la Unión Soviética, excepto quizá a Tesolat».
«A nadie le gustaría vivir en la China comunista, excepto quizá a Tesolat».
«A nadie le gustaría vivir en la Cuba de Castro, excepto quizá a Tesolat» y así una vez y otra y otra...

Pero, por si acaso Don Martin estuviera leyendo esto, quiero asegurarme de que sepa que me gustaban sus clases porque, incluso a pesar de que tuviera su propia versión de la Historia (como la mayoría de historiadores), no evitaba que discutiéramos nuestros puntos de vista.

Debo admitir que estaba realmente impresionado por la URSS durante mi época en el instituto. Después aprendí y estudié cosas que me hicieron cambiar de opinión, pero eso fue después.

Se trataba de un país que nos habían descrito como el demonio, corrupto y atrasado con respecto a Occidente, pero ganó a EE UU en el espacio. Y más importante para este blog: era el segundo país en el mundo en poseer una bomba atómica, después de que uno de cada cuatro rusos fuera matado o herido, después de que el país fuera devastado durante la Segunda Guerra Mundial, y lo hicieron en siete años.

Se dieron cuenta de que esa tecnología no se podía obtener de cualquier manera teniendo a investigadores trabajando de forma descoordinada en universidades de todo el país. Los soviéticos fueron tan lejos como para construir Atomgrads: diez ciudades en las que se llevaba a cabo la investigación y el desarrollo de armas nucleares. Vemos de nuevo cómo todo el peso del estado es lo único que puede producir tal tecnología y hacerlo en un periodo de tiempo tan corto.

A pesar de lo que después aprendí, sigue sin cambiar el hecho de que tanto la carrera soviética en el espacio como la creación de una bomba atómica justo después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial son proezas extraordinarias.

Con la publicación de este blog en ruso hoy espero que la nueva Rusia pueda convertirse también en líder mundial en la investigación de células madre. Vladimir Putin ya ha enseñado cómo reunir a los líderes mundiales cuando acogió una conferencia en la que participaron 13 naciones para salvar a los tigres. Me gustan los tigres, pero espero que los líderes rusos realicen el mismo esfuerzo por personas con muchas enfermedades que espero que las células madre puedan curar. Me encantaría ver diez Stemgrads en Rusia.

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